Apolo dio una calada a su cigarrillo marca difícilmente identificable y echó la cabeza hacía atrás. Dina se preguntaba porque sus padres habían optado por ponerle ese nombre a su hijo cuando era todo lo contrario al Dios griego. Demasiado delgado y demasiado alto, con el pelo negro siempre de punta intentando taparlo con miles de gorros de colores. Ojos oscuros y mirada afilada, Dina sonreía y tocaba la tierra que tenían a sus pies.
-La humanidad tiene muchas cosas buenas también.-refunfuñó incapaz de evitarlo la pelirroja.
-¿De verdad?¿Dime una? No hay cosa buena que el mundo haya creado para satisfacer las necesidades primarias, más bien lo crean para que el rico sea más rico y el pobre tenga que nadar entre basura para llegar a tener dignidad.
-¿Y qué? Todo el mundo esta de acuerdo.-Dina cogió una hormiga entre sus dedos, que correteo por ellos antes de volver a caer al suelo.- El dinero es lo más importante a estas alturas.
-No es cierto...
-Ya, pero lo dices, no lo cumples. ¿O no desearías tener dinero y poder unirte al club de los pijos? Sé que en tu interior estas deseando tener un poco de esos papeles verdes y poder entrar al campo y hablar con Marta sin sentirte inferior.-Dina ladeó a la cabeza enfadada.-Todo el mundo tiene ideales, pero por muchos que los digas en voz alta no va a ser cierto. Seamos sinceros. Nadie hace nada. Y a los que se dignan a hacer algo...nosotros mismos los juzgamos por meterse donde no deben. Ironía pura y dura.
Apolo resopló desechando humo que podría haber llegado hasta sus pulmones. Odiaba a Dina, por ser la única que podía mantener una conversación con él y quitarle la razón. Porque en el fondo el mismo sabía que no la tenía.
-Digamos que tienes razón, Apolo.-dijo Dina sonriéndole.-El dinero no es lo más importante. Enamorarse es lo que peor puede pasarle uno. Piénsalo, es la única cosa capaz de romper tus ideales, de querer abandonarlos solo porque esa persona se sienta a gusto contigo. Lo abandonarías todo, todo lo que piensas solo con tal de que ella...te dedicara cinco minutos de atención. ¿O no?
Dina se levantó del suelo y camino con las manos metidas en los pantalones hasta el anden del tren que tenían delante.
Apolo no dijo nada. Nunca sabía que responderla a ella.
Mucho tiempo sin aparecer. Lo sé.
Dejadme que lo explique con dos palabras.
Malditos-Exámenes.